¿Se fue la luz? Es hora de atender tu instalación eléctrica

¿Se fue la luz? Es hora de atender tu instalación eléctrica

Los accidentes eléctricos son consecuencia directa de la situación de riesgo en la que se encuentran las instalaciones eléctricas.

Los años y el deterioro de la instalación, la ausencia de dispositivos de seguridad, la manipulación inadecuada de las instalaciones y la sobrecarga eléctrica se convierten en el origen de incendios y electrocuciones que ponen en peligro a las personas y los hogares.

La mayoría de los puestos de comercio viven “colgados” de la luz a pesar del riesgo que representa para transeúntes y para los edificios que comparten estás prácticas, en su mayoría construidos con pedazos de madera, cartón y láminas viejas. No tienen muchas opciones, pues el servicio de energía eléctrica no esté regulado adecuadamente.

De igual forma las tomas clandestinas por parte de algunas viviendas, representan un peligro constante para quienes sí cuentan con una línea de electricidad legal.

Además, en temporada de lluvias resulta aún más peligroso para los transeúntes, ya que los cables se encuentran tirados en el suelo o colgando a baja distancia y a merced de provocar un grave accidente.

Y si hablamos del envejecimiento de las instalaciones eléctricas. Cualquier instalación eléctrica que supere los 30 años de antigüedad se convierte en peligrosa si no ha sido sometida a ningún tipo de revisión. El paso del tiempo degrada los materiales de la instalación eléctrica: la capa aislante se endurece y se rompe, las juntas se deterioran y el riesgo de incendio y electrocución se incrementa.

Si tú trabajas en un edificio antiguo o en una casa acondicionada para laborar, no sólo debes de tener precaución con los apagones que retrasan tu trabajo, sino que puedes sufrir un accidente más severo.

Pero, ¿porqué hay fallas en las instalaciones eléctricas? Aquí te van algunas:

Fallo de tensión: cuando el suministro eléctrico se interrumpe por completo. Causan la pérdida de información almacenada en memoria volátil y a veces daños permanentes en memorias no volátiles.

Bajada de tensión: cuando la tensión baja durante un período breve de tiempo, incluso de unos pocos milisegundos. Pueden causar averías en equipos sensibles como un ordenador.

Subida de tensión: cuando la tensión sube por encima de un 110% de lo normal durante un período breve de tiempo. Dependiendo de su intensidad pueden pasar de causar averías en equipos sensibles como ordenadores a dañar incluso equipos robustos como electrodomésticos.

Tensión baja: cuando la tensión es baja durante largos períodos de tiempo, que pueden ir desde unos minutos a varios días. Habitualmente causan que ciertos equipos no funcionen correctamente. Por ejemplo, la mayoría de microondas no calientan apenas cuando se alimentan con una tensión baja.

Tensión alta: cuando la tensión es alta durante largos períodos de tiempo. Este tipo de anomalía puede dañar equipos sensibles aunque se produzca por un tiempo breve y tenderá a dañar por fatiga incluso los equipos más robustos si se prolonga en el tiempo.

Ruido eléctrico: distorsiona la señal con ruido de alta frecuencia generado por interferencias eléctricas o electromagnéticas. Puede afectar el funcionamiento de equipos sensibles.

Variaciones de frecuencia: cuando alteran la frecuencia de la onda, que en Europa es de 50Hz. Pueden causar problemas intermitentes, pérdida de datos, ordenadores que no responden o incluso daños en equipos sensibles.

Conmutaciones transitorias: pequeñas bajadas de tensión causadas por transitorios que habitualmente se producen en el orden de los nanosegundos. Pueden afectar a equipos muy sensibles.

Distorsiones armónicas: que cambian la forma de onda habitual que debe ser una sinusoide. Suelen estar causadas por cargas no lineales, como las que generan los variadores de control de motores (por ejemplo de un ascensor) o las impresoras y copiadoras láser.

Y ¿CÓMO PUEDES PREVENIR UN ACCIDENTE DE FALLA ELÉCTRICA?

Debemos estar conscientes de la importancia de tener instalaciones adecuadas en la oficina, la empresa y el hogar, además de ofrecer soluciones que den respaldo a los equipos durante apagones.

Para proteger tanto las instalaciones como a las personas, debemos contar con ciertos dispositivos que brindan protección para cada caso. Los interruptores termomagnéticos y los fusibles protegen a la instalación de las sobrecargas y cortocircuitos, mientras que los disyuntores diferenciales cuidan a las personas en caso de fuga a tierra.

Aquí te mencionamos algunos sencillos tips para prevenir accidentes eléctricos:

EN CASA

Revisa que la instalación eléctrica esté en perfectas condiciones y que los cables a tierra estén colocados en forma adecuada.

Cuando cambies una lámpara o arregles un enchufe o tomacorriente, interrumpe la electricidad completamente.

Si por motivo de un viaje vas a ausentarte de tu hogar por mucho tiempo, desconecta el suministro eléctrico, pues de esta manera evitarás posibles incendios por cortocircuitos.

Nunca toques ningún artefacto eléctrico con las manos mojadas o sin usar zapatos.

Al desenchufar cualquier artefacto, hazlo desde la ficha, no del cable.

EN OFICINA

Instala los escritorios con una distancia mínima de 90 centímetros entre cada uno, dejando pasillos de tránsito despejados y libres de papeleros, muebles, archivos, etc.

Debes evitar que existan cordones eléctricos y telefónicos tanto a ras de piso como en medio de los pasillos. Para esto es mejor instalar enchufes en los lugares necesarios para evitar el uso de alargadores o extensiones

Utiliza barras multicontacto

Utiliza reguladores

Utiliza No-break

Estas son algunas medidas a considerar para proteger tus dispositivos o instalaciones. Si necesitas más información, consulta a tu asesor confiable.

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